La última semana se realizó la reunión de la Junta de Gobernadores 2015. Luego de 48 años que no se elegía una sede en Latinoamérica, la última fue en Río de Janeiro. Esta reunión alberga a los principales representantes de cada uno de los 188 países miembros del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, a quienes se les denomina Gobernadores. Entre los principales representantes de los países miembros de las multinacionales figuran ministros de Estado y presidentes de bancos centrales.
La mayoría de las conferencias trataron temas genéricos, sin entrar en detalles específicos de intentar apuntalar a la resolución inmediata de problemas latentes en los países emergentes miembros de las multinacionales. Todas las conferencias, incluidas las de la presidenta del FMI, Christine Lagarde y del presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim, tuvieron algo en común: el problema en la región y países emergentes ya no es a nivel macro sino la resolución de una serie de reformas sectoriales que permitan asegurar la sostenibilidad del crecimiento.
Las reformas sectoriales en mención requieren un arduo trabajo de los países miembros, en sectores como Salud, Educación y Trabajo. De igual modo, la desigualdad no solo se ha dado entre áreas rurales y urbanas en emergentes, sino en género, y ello mella contra la productividad y, por ende, el crecimiento. Lo que preocupa es que el siguiente gobierno mantenga las políticas que ya se han empezado en este periodo presidencial.
Si bien no dieron la llave para la resolución puntual de ciertos problemas latentes como la pobreza, desigualdad y seguridad ciudadana en el país, nos dan una vitrina al mercado internacional con el fin de incentivar la alicaída inversión extranjera en el Perú. Es casi como organizar un mundial económico en el país, donde se ha podido reunir con éxito a los principales “policy makers” en el ámbito global
Jorge Guillén:
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