El papa se parece mucho a un consejero delegado. “Nominalmente, al menos, él es el consejero delegado de lo que es probablemente la empresa, entidad y organización más grande y de mayor éxito que la humanidad haya conocido a lo largo de la historia”, dice John Kimberly, profesor de Gestión de Wharton. La Iglesia Católica también es “de muchas maneras la organización más rica del mundo”. Sin embargo, dado que la Iglesia como institución lleva funcionando alrededor de dos mil años, cuando un nuevo “consejero delegado” como el papa Francisco decide cambiar de dirección, se enfrenta a una inercia inevitable, tradiciones desgastadas y la oposición interna directa. ¿Qué hacer para que las personas que se resisten al cambio participen en el debate? ¿Cómo puede el nuevo papa atraer nuevos grupos -y generaciones- sin alienar a un “público de importancia histórica?” Para cualquier líder que está abriendo nuevos caminos, Kimberly dice que hay una pregunta fundamental: “¿En qué medida es posible cambiar y seguir igual?” En esta entrevista con Knowledge @ Wharton, transmitida antes en Wharton Business Radio, canal SiriusXM 111, Kimberly analiza estos desafíos. También es co-autor del libro “El alma de una empresa: la forma de gestionar la identidad de su empresa“.
A continuación, una versión editada de la entrevista
-Con la llegada del papa Francisco a EE.UU., muchas personas destacaron el cambio que él está tratando de establecer dentro de la Iglesia Católica. El hecho es que está hablando sobre el cambio climático, criticando a la iglesia en aquellos puntos que considera necesario, está pensando incluso en cambiar su posición sobre el divorcio. Este es un cambio fantástico para la Iglesia Católica. Sin embargo, también es un cambio de una dimensión tal que muchas empresas no se aventurarían a enfrentar.
Esto es fascinante porque estamos hablando de una Iglesia que ha sido objeto de muchas noticias negativas en los últimos años. Y sin embargo, tenemos un papa que está tratando de cambiar las cosas y venir a EEUU por primera vez en muchos años. Es un momento muy importante para la Iglesia Católica.
-Concuerdo plenamente. Antes de comenzar, me gustaría hacer una aclaración y una advertencia. Me gustaría aclarar que mi profesión me lleva a preocuparme por el cambio en los negocios y la innovación. Eso es lo que hace que me levante por la mañana y me mantiene activo durante todo el día. Esta es posiblemente la razón por la que estamos aquí hablando de la Iglesia Católica.
Por otra parte -y esta es la advertencia- quiero dejar claro que no soy católico. Yo no soy un teólogo, así que no pretendo tener alguna idea o conocimiento profundo en el área de las escrituras, los pronunciamientos eclesiásticos, etc. Lo que me propongo sacar a relucir es un punto de vista sobre el cambio y la innovación. Y como usted ha dicho, lo que está sucediendo hoy en día en la Iglesia Católica. Un evento de proporciones sísmicas.
-Bajo varios puntos de vista, el papa es un consejero delegado de una inmensa empresa global.
-Nominalmente, al menos, es el consejero delegado de la que es probablemente la empresa, entidad y organización más grande y de mayor éxito que la humanidad haya conocido a lo largo de la historia. La Iglesia Católica ha existido durante cientos de años. En muchos sentidos, es la organización más rica del mundo. El número de personas cuyas vidas se ven tocadas por las obras de la Iglesia de una forma u otra es enorme. Así que, sí, el papa se sienta en la parte superior, en el vértice de una organización que, en general, hasta ahora, es la más exitosa de la historia.
-Su libro habla de cómo proteger la identidad de marca y también sobre cómo construir marcas, el discurso del papa es un intento de reconstruir una marca [ … ] que ha sido golpeada y en la que muchos católicos han perdido [ … ] la confianza que tenían.
-Bueno, esa es una pregunta interesante, es decir, tratar de entender exactamente lo que el papa está tratando de hacer. ¿Él está tratando de reconstruir una marca? Si es así, ¿de qué manera se puede hacer? Creo que está ante varios desafíos relacionados, por un lado, con la marca, pero por otro lado, también están relacionados con lo que está debajo de ella: es decir, las acciones específicas que la Iglesia está poniendo en práctica y los tipos de prioridades estratégicas que ella se pone a sí misma en un intento de cambiar su posición.
En el lenguaje de marketing, la Iglesia se enfrenta, entre otras cosas, a la necesidad de reposicionarse en las mentes de las personas -los consumidores- por así decirlo. Uno de los mayores desafíos del papa es pensar cómo hacerlo, y obviamente ha reflexionado mucho al respecto. ¿Cómo puedo cambiar una organización que ha existido durante tanto tiempo y que transformó la vida de tanta gente? ¿Cómo infundir en ella una nueva energía, reposicionarla, llevarla de nuevo a donde estaba, digamos, hace 30, 40, 50 años antes de ser golpeada por tantos problemas?
-En la comparación que hizo entre el papa y el consejero delegado, ¿él también tiene que responder ante un consejo de administración?
-Creo que probablemente tiene que responder a un poder superior, pero que probablemente no es un consejo de administración. Sin embargo, hay un poder superior ante el que creo que se siente muy responsable. Cuando analizamos algunas de las declaraciones realizadas por el papa, creo que está muy claro el hecho de que él está tratando de reorientar las prioridades de la Iglesia para hacer más clara -y posiblemente redefinir- la conexión entre él, la gente de la Iglesia y este poder superior.
-Parece que también está tratando de llevar a la Iglesia Católica, en cierto modo, hasta el siglo XXI [ … ] Hay una larga tradición [ … ] pero ahora la Iglesia tiene a su disposición los medios de comunicación social. Tener un papa que utiliza Twitter [ … ] es una cosa muy moderna, y él está tratando de llegar a un público diferente.
-Quiere conquistar a un público diferente, pero es un desafío interesante porque [ … ] también tiene que estar seguro de que no pierde a otro público de importancia histórica. Una forma de pensar en ello -o al menos la forma en que yo pienso- y eso vale para cualquier organización que se encuentra en un entorno que ha cambiado y está tratando de entender cómo seguir en el partido de una manera que valga la pena, es saber lo siguiente: ¿cuánto se puede cambiar y sin embargo seguir siendo lo mismo?
En pocas palabras, éste es parte del reto al que el papa se enfrenta actualmente. Utilizar Twitter es una especie de micro ejemplo. Sin embargo, ¿cuántos de estos cambios, y otros más grandes se pueden introducir en la Iglesia y que todavía se pueda reconocer como tal? Este es un gran reto. El cambio climático es otra cuestión planteada por él. Es un tema que le gustaría que recibiera mayor atención del que recibe actualmente.
Hay algunos temas abordados por él que, en cierto modo, son externos a la Iglesia, pero que están vinculados con el tipo de filosofía que Francisco está tratando de articular para ella. El cambio climático es sin duda uno de esos temas. Hay otras áreas a las que está atento, las áreas que tienen que ver con la gestión interna de la institución, como, por ejemplo, los cambios que están haciendo algunas diócesis de todo el mundo.
-El papa también está considerando la posibilidad de cambiar la forma en que se gestionan las finanzas de la iglesia internamente. Sabemos que hay una gran controversia al respecto. Sin embargo, Francisco parece dispuesto no sólo a aceptar el reto de poner en orden las finanzas de la casa, también lo ha hecho con mucho entusiasmo. Ese fue el resultado, por ejemplo, en la gran polémica que se produjo cuando se informó de que un obispo en Alemania había gastado millones en la reforma de la Casa Episcopal de Leipzig, y la forma en que el asunto fue manejado. En cierto modo, esto es bastante consistente, creo, con el mensaje de vida modesta que el papa está tratando de enviar y, en ocasiones, denunciar al despreciar la riqueza y la codicia y así sucesivamente. Así que son muchos mensajes diferentes en muchos niveles diferentes los que se están tratando de transmitir, tanto a nivel interno dentro del Vaticano -y la Iglesia en general- y externamente, como en el caso del cambio climático en todo el mundo.
Así que cuando se piensa en este programa -que son muchos- estamos hablando de numerosas cuestiones [ … ] ¿Cómo un consejero delegado lidiaría con ellos? No son pocos los que han tenido que hacer frente a un cambio de esta magnitud.
-Exactamente. Para mí, por lo menos, lo que el papa está intentando hacer es desencadenar un cambio a gran escala en varios niveles diferentes. Él está tratando de cambiar la forma en que el Vaticano se gestiona solo o se gestiona internamente. Él está tratando de hacer cambios en la Iglesia, y cómo está organizada y gestionada. El Papa está tratando de hacer algunas declaraciones que en realidad van más allá de la Iglesia y afectan la forma en que los recursos son utilizados y explotados en todo el mundo. Por lo tanto, parece que no tenga miedo de hacer frente a estos problemas en muchos niveles diferentes.
[…] Una cosa es hacer declaraciones públicas, pero el hecho es que se ha logrado impulsar un interés y un gran apoyo para este esfuerzo. Vea lo que ha pasado aquí en Filadelfia con su visita [ … ] toda la inversión que se hizo para asegurarse de que el lugar fuera seguro para él, de manera que pudiera saludar a millones de personas -y quién sabe cuántos- que vinieron a verle.
-Un millón y medio, dos millones de personas aproximadamente.
-Cuando se piensa en la influencia del papa y la capacidad de ejercerla que sólo él tiene, no puedo recordar a nadie en el mundo que tenga tanta influencia y que puede utilizarla para hacer avanzar tantos programas.
-Y que esté tan dispuesto [ … ] no sólo a tratar de llevar adelante estos programas de la Iglesia Católica, sino también a criticar a la Iglesia de diferentes maneras. Este es un aspecto interesante, también, en la medida en que, en cierto sentido, se diferencia de lo que conocemos como la Iglesia Católica, especialmente en los últimos 20 a 30 años, con respecto a la protección de la identidad de la misma.
-Esto me lleva a una especulación, en mi opinión, muy interesante. Como sabemos, el papa Francisco sucedió el papa Benedicto. Sabemos que el papa Benedicto era más conservador. También sabemos que renunció, algo excepcional en el papado.
Me pregunto si el Colegio Cardenalicio ¿entendió lo que estaba haciendo cuando eligió a Francisco? Esa es una buena pregunta y que trasciende la cuestión del cambio de liderazgo en la Iglesia Católica. Es una pregunta más general sobre tales cambios. Quien sea el responsable de la cuestión de la sucesión, sea cual sea el grupo responsable de esto, ¿que están tratando de conseguir estas personas? ¿Hasta qué punto pueden estar seguros de que, sea cual sea el programa que quieren imponer, lo llevará adelante la persona que es elegida o designada?
La pregunta, en mi opinión, es la siguiente: ¿se sabía, de manera efectiva, hasta dónde llevaría el nuevo papa su agenda, una amplia agenda de cambio social? Creo que esta elección tuvo como objetivo enviar un mensaje diferente al que envió su predecesor. Pero, ¿quién sabe?
-Da la impresión [ … ] de que tal vez sabían quién era esta persona, pero tal vez no sabían del todo lo lejos que llevaría el papado, lo que pueden ser dos cosas diferentes.
-Bueno, son cosas diferentes, pero están obviamente relacionadas. Yo simplemente encuentro fascinante observar cómo van sucediendo las cosas. Y como cualquier cambio en la empresa, ya sea grande o pequeña la organización, cuando alguien llega y tiene una agenda un poco diferente para ella, siempre habrá gente que apoye, por así decirlo, este programa. Y habrá quienes no lo apoyen y opinen que se estén aplicando los cambios de una manera que, en algunos aspectos, pone en peligro su supervivencia y sus agendas personales construidas a lo largo del tiempo.
Se podría pensar que, a nivel interno, dentro del Vaticano, y en una zona más amplia en la Iglesia en todo el mundo, Francisco tiene sus partidarios. No hay duda de ello. Sin embargo, también hay personas que no muestran mucho entusiasmo por esta agenda. Así que uno de sus retos en cuanto a la ejecución de su programa -es decir, lograr que las cosas se hagan, cambien- es tratar de actuar de tal manera que las personas que dudan o que se resisten al cambio, participen en la discusión y se sientan atraídos por el proceso de cambio.
-El hecho de que él esté dispuesto a hablar sobre el cambio climático y haya comenzado a discutir el tema del divorcio y los cambios que haría en la Iglesia, desde este punto de vista, él está tratando de atraer a la discusión a los que están dentro de la Iglesia. Sin embargo, también está tratando de que la gente que quizá ha dejado la Iglesia vuelva a ella.
-Estoy de acuerdo. Lo que está realmente tratando de hacer, por lo que yo puedo decir como observador externo, es la creación de un programa de cambio [ … ] El cambio climático en sí no es necesariamente una cuestión religiosa. No es un asunto que implique, de forma necesaria, a la Iglesia Católica en sí. Sin embargo, es una cuestión moral de enorme importancia. ¿Hemos sido buenos gestores del planeta y, si no, qué tenemos que hacer para cambiar, para ser mejores gestores? Por lo tanto, es de nuevo una cuestión de crear una agenda de múltiples niveles.
-El papa pasó algún tiempo en Cuba y después estuvo aquí en EE.UU. [ … ] ¿Cuánto de su agenda cree que va a tratar de poner en práctica en su primera visita al país, y cuánto de ella se refiere exclusivamente a la función de su papel de papa, que es, llegar a las millones de personas que lo han visto en la última semana en EE.UU.?
-Creo que no vamos a ver nada demasiado contundente durante su visita a Washington, Nueva York y Filadelfia. Creo que va a utilizar la plataforma impresionante que tiene en los discursos que hará en estas tres ciudades y toda la atención que sus palabras atraerán para reforzar algunas ideas que ha comentado. Yo estaría muy sorprendido si hubiera algo realmente nuevo en sus discursos. Creo que está en un momento en que hay que centrarse en un número relativamente limitado y fijo de cuestiones, consolidando el apoyo que necesite para llevar adelante su agenda de cambio real.
-Respecto a las ideas que el papa está tratando de transmitir, y siendo este país EE.UU., algo que parece estar encontrando eco es el tema del cambio climático, dado que el presidente Obama ha hablado sobre el asunto. Y, por supuesto, la cumbre del clima tendrá lugar a principios de diciembre en París. Así que aquí tenemos al más poderoso hombre santo del planeta junto a, probablemente, el más poderoso líder nacional del planeta, ambos preocupados por el mismo tema.
-Lo que me parece interesante de todo esto es que se trata de una agenda altamente política en la que el papa está preocupado por entrar trayendo consigo la influencia de la Iglesia. Lo hace de una manera consistente con la posición de la Iglesia sobre el uso adecuado y responsable de los recursos del planeta. Sin embargo, creo que el hecho de que él esté tratando de cerrar filas junto a los que están preocupados por el cambio climático es importante. Esto representa la entrada en un dominio eminentemente político por parte de una institución que no tiene que hacerlo de forma necesaria.
-Él tiene la oportunidad de utilizar su influencia y estatus para provocar cambios potenciales, al menos en este área, algo que no hemos visto muy a menudo en otros papas.
-Exacto. Estoy totalmente de acuerdo.
-Los problemas financieros de la Iglesia Católica están bien documentados, es decir, la Iglesia está vendiendo un montón de cosas. Usted ha mencionado anteriormente las dificultades de la Iglesia en Alemania. Y, por supuesto, para las personas que viven en los alrededores de Filadelfia, usted tal vez pueda recordar la historia de una casa que tenía la Iglesia en la costa de Nueva Jersey y que fue vendida, porque se trata de un lujo que no estaba justificado. Pues bien, el aspecto financiero de la gestión de una empresa es una cosa, pero el aspecto financiero de la gestión de la Iglesia puede tener muchas más similitudes con la empresa de lo que las personas sospechan.
-Bueno, en cierto modo esto es cierto. Y, por supuesto, otra cosa que está en juego aquí es la relación entre el Vaticano y las diversas iglesias locales en el mundo. Es evidente que hay una gran diferencia entre los dos, y entre el impacto de las decisiones del Vaticano y lo que sucede dentro de las parroquias locales. Hay una dinámica interesante aquí.
Parte de los datos acerca de lo que está sucediendo en la Iglesia alrededor del mundo está, evidentemente, detrás de las iniciativas del Papa aquí en EEUU. Cuando vemos, por ejemplo, la dificultad que la Iglesia tiene para reclutar hombres para el sacerdocio, la disminución del número de monjas, y la dificultad para reclutar niñas para el noviciado; cuando vemos el número de parroquias que están cerrando en el mundo, el número de sacerdotes que están llamados a servir a más de una parroquia a la vez; cuando vemos el cierre de las escuelas parroquiales de Filadelfia, la fusión de estas escuelas, parroquias, la mayoría de estas fusiones y estos problemas tienen un origen financiero.
-¿Hay algo en la educación católica que se puede utilizar como punto de partida para dirigir la Iglesia, de hecho, a un nivel superior? Digo esto porque a pesar de que las escuelas católicas aquí en Filadelfia y en otros lugares están pasándolo mal y cerrando sus puertas, todavía representan un cierto nivel de estabilidad en comparación con el sistema educativo en muchas regiones del país.
-Tengo algunos buenos amigos, católicos practicantes cuyos hijos estudian en las escuelas católicas y garantizan que la calidad y el tipo de educación que los niños reciben en estas escuelas son muy buenas. También tengo amigos que hicieron la secundaria en las escuelas católicas. Uno de ellos incluso se graduó de una universidad católica. Afirman categóricamente que la enseñanza y el tipo de educación que se imparte en las escuelas parroquiales son de una excelente calidad.
Entiendo lo que quiere decir, es decir, que pueda haber una oportunidad aquí, en el contexto específico de este país, en que nuestro sistema de educación secundaria tal vez esté en crisis y tengamos todo tipo de problemas con la calidad de la escuela secundaria. Las escuelas católicas, en mi opinión, podrían jugar un papel importante. La pregunta es cómo infundir nueva vida en el sistema de escuelas parroquiales en vista de las restricciones fiscales y demográficas, lo que está llevando a las fusiones. No es un problema fácil de resolver. Creo que hay un posible camino a partir de aquí, sin duda. Exactamente cómo hacer que funcione no es evidente, al menos para mí.
-Será interesante ver lo que pasa, sobre todo el fin de semana aquí en Filadelfia. El Papa dirá misa frente al Museo de Arte. Él hablará frente al Independence Hall.
-Creo que los resultados serán muy positivos para él. Creo que tiene una dosis de carisma y capacidad de relacionarse con las personas que los deja llenos de energía, creando una sensación de confianza, esperanza y optimismo. Y la forma en que ahora está tratando de llamar la atención sobre las dificultades que enfrentan los marginados, esforzándose para que sean percibidos y apelando para que se reduzcan las desigualdades de ingresos y cosas así, creo que todo esto va a ser muy bienvenido aquí. Creo que vamos a tener una gran sorpresa. La gente despedirá este fin de semana con un renovado sentido de esperanza en relación a lo que la Iglesia Católica tiene que ser y lo que tiene que ofrecer.
La pregunta que me hago es: ¿cómo se va a construir todo esto? Generará un cierto impulso. A continuación hay algunas cosas que deben encajar en su lugar para conservar el movimiento positivo. Y, por supuesto, depende de las personas que están sobre el terreno aquí en EEUU.
-De las personas en las parroquias y de las personas que las gestionan.
-Los obispos, etc. Este es el desafío del cambio, el punto en el que tendrá lugar la prueba crucial de cambio. Tenemos un consejero delegado que determina el orden del día, por así decirlo, es carismático, elocuente y tiene una visión panorámica. Pero lo más importante es la ejecución, y como tomamos esa visión y la traducimos en hechos significativos. Creo que ese es el desafío al que se enfrenta la Iglesia.
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