Por Jaya Ramachandran
En este contexto, los dignatarios esperan que tenga éxito la cumbre que la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebrará, del 25 al 27 de este mes en Nueva York, para adoptar la Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030.
Los representantes del Grupo de los 20 (G-20) se reunieron los días 4 y 5 en Ankara para analizar la situación económica actual, sus respectivas perspectivas de crecimiento y la reciente volatilidad de los mercados financieros.
Vieron con agrado el “fortalecimiento de la actividad… de algunas economías”, pero añadieron que el crecimiento mundial no cumplió con las expectativas.
Los participantes en la capital turca se comprometieron a tomar medidas decisivas para mantener la recuperación económica y expresaron su confianza de que esta seguirá avanzando. Teniendo esto en cuenta, seguirán de cerca la evolución de los acontecimientos, evaluarán los efectos secundarios y abordarán los riesgos emergentes según sea necesario para fomentar la confianza y la estabilidad financiera.
El G-20 respaldó “los resultados positivos de la Conferencia de Addis Abeba sobre la Financiación para el Desarrollo” y, con ese fin, pretende ampliar su asistencia técnica para ayudar al Sur en desarrollo a generar la capacidad institucional necesaria, sobre todo en las áreas especificadas en el Programa de Acción de Addis Abeba.
El acuerdo fue alcanzado por los 193 Estados Miembros de la ONU presentes en la conferencia de Addis Abeba, en negociaciones celebradas en julio bajo la dirección del ministro de Relaciones Exteriores de Etiopía, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“Este acuerdo es un paso fundamental en la construcción de un futuro sostenible para todos. Proporciona un marco global para la financiación del desarrollo sostenible”, declaró el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
“El resultado aquí en Addis Abeba nos brinda la base de una alianza mundial revitalizada para que el desarrollo sostenible no deje a nadie atrás”, añadió.
El G-20 está integrado por Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Sudáfrica y Turquía, junto con la Unión Europea (UE).
La UE está representada por la Comisión Europea y el Banco Central Europeo.
El grupo se formó en 1999 con el objetivo de estudiar, analizar y promover la discusión de alto nivel sobre cuestiones de política relacionados con la promoción de la estabilidad financiera internacional.
En conjunto, las economías del G-20 acumulan 85 por ciento del producto bruto, 80 por ciento del comercio (75 por ciento, si se excluye el comercio interno de la UE) y dos tercios de la población del mundo.
Los jefes de gobierno o jefes de Estado del G-20 se reúnen periódicamente en cumbres desde su primera reunión en 2008.
l G-20 es responsable de 84 por ciento de todas las emisiones de combustibles fósiles. Para apoyar la agenda de cambio climático de 2015, la agrupación apoyó el informe del Grupo de Estudio de las Finanzas Climáticas (GEFC) y tomó nota de los fondos climáticos desarrollados por la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE).
Asimismo, analizó el conjunto de herramientas desarrolladas por la OCDE y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial para mejorar el acceso a la financiación para la adaptación por los países de bajos ingresos, en especial de aquellos vulnerables a los efectos adversos del cambio climático.
Sin dejar de reconocer los esfuerzos de los países industrializados, apelaron a estos para que continúen la expansión de la financiación climática, en línea con sus compromisos.
“Estamos trabajando juntos para alcanzar un resultado positivo y equilibrado en la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático(CMNUCC)”, que se realizará en diciembre en París con el fin de convenir un nuevo tratado universal para reducir el calentamiento global, señalaron los representantes del G-20 reunidos en Ankara.
“En base a los resultados y la consecución de los objetivos de la COP21, el GEFC continuará su trabajo en 2016 siguiendo los principios, disposiciones y objetivos de la CMNUCC”, agregaron.
La CMNUCC fue aprobada en la Cumbre de la Tierra, realizada en junio de 1992 en Río de Janeiro, y actualmente es el único tratado internacional de política climática con amplia legitimidad, debido en parte a su representación prácticamente universal.
El GEFC fue establecido por los ministros de Economía en abril de 2012, con el fin de “considerar las formas de movilizar eficazmente los recursos” para cumplir con la CMNUCC.
En noviembre de 2012, los ministros de Economía acordaron “continuar trabajando hacia la construcción de un mejor entendimiento de los problemas de fondo entre los miembros del G-20, teniendo en cuenta los objetivos, las disposiciones y principios de la CMNUCC”.
También reconocieron que la “CMNUCC es el foro para las negociaciones y la toma de decisiones sobre el cambio climático a nivel internacional”.
El G-20 identificó cuatro áreas a estudiar en 2014: (a) financiación para la adaptación, (b) fuentes y estrategias alternativas para mejorar la financiación climática y su eficacia, (c) entornos favorables, en todos los países, para facilitar la movilización y el despliegue efectivo de los fondos para el clima, y (d) examinar el papel de las instituciones y los bancos multilaterales de desarrollo económico pertinentes.
Este informe tiene como objetivo presentar a los representantes del G-20 una serie de opciones políticas (“caja de herramientas”) para su consideración voluntaria, en relación con estas cuatro áreas, y sugerir más trabajos sobre otros temas importantes vinculados a la financiación para el clima.
Para promover la confianza de los mercados y la integridad empresarial, los ministros de Economía también aprobaron un nuevo conjunto de principios de gobierno corporativo que regirán al G-20 y la OCDE.
Esos principios brindan recomendaciones a las autoridades nacionales en materia de derechos de los accionistas, remuneración de los ejecutivos, la divulgación financiera, el comportamiento de los inversores institucionales y cómo deben funcionar los mercados de valores.
“En el mundo globalizado y altamente interconectado de los negocios y las finanzas, la creación de confianza es algo que tenemos que hacer juntos”, sostuvo el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, durante la presentación de los nuevos principios junto al viceprimer ministro turco, Cevdet Yilmaz, que presidió la reunión de ministros del G-20.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga
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