A través del programa REDD+ el gobierno Mexicano busca poner en marcha una serie de proyectos que eviten la deforestación y aseguren que las comunidades forestales puedan gestionar sus bosques de manera sustentable.
La protección de los bosques es uno de los canales más importantes que tiene la humanidad para evitar que el calentamiento global se incremente en el planeta. Al ser importantes almacenadores de carbono, los bosques deben ser cuidados y protegidos a nivel mundial. Para reconocer el servicio ecosistémico presente en las florestas nace el Programa de Reducción de Emisiones de Carbono por la Deforestación y Degradación de los bosques (REDD+), que permite incentivar el reemplazo de prácticas generadoras de procesos de degradación y deforestación de coberturas forestales por otras que permitan la disminución de Gases de Efecto Invernadero (GEI) asociadas al cambio en el uso del suelo.
En México, REDD+ forma parte de las políticas públicas del país y los Programas Especiales de Áreas de Acción Temprana REDD+: “PEATREDD+”, representan la manera en que la política de REDD+ ha quedado plasmada. Hace algunas semanas el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) presentó el informe de Revisión de la Implementación de REDD+ en México. Beatriz Zavariz, autora del estudio y especialista en Política Pública del CCMSS, halló una percepción de que la deforestación se ha detenido momentáneamente por el pago de servicios ambientales de los PEATREDD+. Sin embargo, asegura que para que la masa forestal permanezca a largo plazo es necesario que el programa promueva actividades productivas sostenibles que sean atractivas económicamente.
“Algunos cambios que proponemos son incrementar la proporción de recursos dirigidos a los conceptos de apoyo para promover la reconversión productiva, generar una estrategia de comunicación en el sector rural y en los actores involucrados en la implementación de los PEATREDD+, para difundir y promover las metas nacionales de reducción de emisiones, transferir capacidades a todos los actores gubernamentales que incidan en el sector rural y a los involucrados en la implementación del programa para mejorar el desempeño de sus funciones, asegurar el funcionamiento de modelo y garantizar la reducción de GEI a largo plazo”, indica Zavariz.
Trabajo entre comunidades y actores locales
Hasta el momento no se tiene claridad sobre el nivel de deforestación que existe en México, según datos de la Comisión Nacional Forestal, contenidos en el Programa Nacional Forestal, México pierde 155 mil hectáreas de bosques al año. De ellas, 9 mil corresponden a bosques templados y 146 mil a selvas. Por otro lado, según Visión México sobre REDD+, son 339 mil hectáreas de bosques y matorrales las que se pierden anualmente.
Para evitar que el número de deforestación siga en crecimiento, la puesta en marcha de los PEATREDD+ va a permitir apoyar a las comunidades forestales mexicanas para que puedan gestionar sus bosques de manera sustentable, crear capital en torno a su protección y uso sustentable, además de generar ingresos adicionales a partir de productos y servicios forestales.
“El modelo de intervención propuestos por los PEATREDD+ se basa en las especificidades regionales y en las necesidades de las comunidades, la coordinación interinstitucional, la alineación de políticas y la convergencia de acciones e incentivos para lograr una gestión del territorio”, indica Paulina Deschamps, quien trabaja desde el 2012 en el Programa de Incidencia en Políticas Públicas del CCMSS, y agrega que hay estudios y análisis que demuestran que los PEATREDD+ están ayudando a evitar la deforestación y en algunos casos se han iniciado procesos de integración de políticas públicas entre varias instituciones.
Si se continúa con la operación de los PEATREDD+ y desarrollando sus mejoras, México podrá avanzar en torno al desarrollo rural sustentable que limite el avance de la deforestación y degradación forestal y a la vez presentará mejores armas para enfrentar el cambio climático.
Zonas de acción
Las localidades mexicanas donde se han puesto en marcha los PEATREDD+ son Chiapas, Jalisco y la Península del Yucatán, y en las que enfrentan una serie de retos como falta de capacidades, información y voluntad política para mejorar los programas de REDD+ y ayudar a la conservación de los bosques.
“El 68% de los recursos que han otorgado los PEATREDD+ se han destinado al pago por servicios ambientales, se necesita mayor participación de los gobiernos estatales y colaboración, los municipios deben de estar más involucrados en las actividades de desarrollo rural y en el apoyo de sus productores rurales”, sostiene Paulina Deschamps.
El informe Revisión de la Implementación de REDD+ en México demuestra que en la lucha contra el cambio climático es fundamental poner en marcha esquemas innovadores para implementar políticas públicas con enfoques regionales y que tengan como base a las necesidades de quienes poseen, viven y dependen de los recursos forestales.
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