El mundo de la música está de luto. En las últimas dos semanas dejaron los escenario de los mortales, Ian Fraser «Lemmy» Kilmister, fundador y vocalista de la banda de heavy metal Motörhead, y el pasado domingo quien partió fue David Bowie, el "Duque Blanco", víctima de un cáncer de hígado a los 69 años.
Bowie alcanzó la fama a una edad muy temprana y nunca la dejó marchar. De hecho, sacó su último disco, Blackstar —muy aclamado por la crítica—, días antes de morir.
El célebre cantante británico David Bowie ha sido un verdadero ícono de la música que atravesó todo tipo de fronteras de lo convencional además de haber inspirado a varias generaciones, llegando a millones de fans y numerosos artistas. Su inesperada muerte, ha conmocionado a todo el mundo a causa de un cáncer de hígado, un secreto bien guardado que tenía desde hace 18 meses y que salió a la luz tras la aparición de “Blackstar”, su último disco, cuyo lanzamiento ha sido el 8 de enero pasado.
Sin embargo, hay un aspecto de este genial y camaléonico artista que muy pocos conocen, y es su incursión en el mundo de las finanzas.
Ocurrió a mediados de la década de los 90, cuando Bowie había sido tentado para crear un nuevo método para generar dinero producto de su extenso trabajo como cantante.
Lo idea vino por parte de su gerente financiero, Bill Zysblat, y del banquero David Pullman, y consistía en vender los denominados "bonos Bowie".
En 1997, fueron colocados esos títulos en el mercado respaldados por activos, que otorgaban a los inversores una participación en sus futuras regalías por un plazo de 10 años.
Los títulos, que fueron comprados por la compañía de seguros de los EE.UU Prudential Financial por US$55 millones, comprometieron a Bowie para que repague a sus nuevos acreedores sobre sus futuros ingresos, y ofrecieron un rendimiento anual fijo del 7,9%.
El Duque Blanco, como también se lo conocía Bowie en el mundo de la música, llegó a un acuerdo con la discográfica EMI y eso le permitió agrupar y vender bonos en regalías por 25 discos editados entre 1969 y 1990, que incluyó clásicos como "El hombre que vendió el mundo" (The man who sold the world), Ziggy Stardust y Héroes (Heroes), según publicó el diario Financial Times.
Según el compositor Paul Trynka, Bowie usó una porción de esos US$55 millones de dólares para comprar la parte de su ex manager, Tony DeFries, con quien rompió relaciones en 1975.
Una vez que Bowie se había dado cuenta que no era dueño de su propio trabajo en la década del ‘70 –DeFries informó que tenía en su poder hasta un 50%, en una escala móvil, en perpetuidad, para la música creada hasta una determinada fecha–, y esto le causó un colapso psicológico, según las palabras de Trynka.
Trynka aseguró que fuentes cercanas al acuerdo sugirieron que los "bonos Bowie" le permitieron al creador de Ziggy Stardust a comprarle a DeFries más de US$27 millones, pero esta cantidad no fue confirmada.
Sin embargo, el acuerdo se rompió, y esto claramente ayudó a las finanzas de Bowie.
Según el ranking de las personas más ricas que compone el diario británico the Sunday Times, Bowie tenía un patrimonio de US$194,6 millones (135 millones de libras), ubicándose en el 707° puesto del listado junto con el artista pop británico Robbie Williams.
Este listado se elaboró antes de la salida a la venta del reciente álbum de Bowie: Blackstar, cuyas proyecciones del Official Charts Company dijeron que esta semana sería el N°1 en los rankings al igual que las ventas de trabajos anteriores, tras la muerte del célebre cultor del glam rock.
Según las estadísticas que maneja el Ránking de Artistas Británicos (BPI por sus siglas en inglés), David Bowie vendió 150 millones de álbumes durante toda su carrera.
Malas calificaciones. El surgimiento de los "bonos Bowie" ha sorprendido a todos y también ha inspirado a una serie de músicos en el mundo de las finanzas. La banda de heavy metal Iron Maiden, el rey del soul James Brown, y la banda Holland Dozier Holland, cantautores detrás de la compañía discográfica americana Motown en la década del ‘60, fueron algunos de los artistas que decidieron subirse al carro de los bonos.
En 2004, la agencia calificadora Moody’s ubicó a los "bonos Bowie" sólo por encima de los bonos "basura", el nivel más bajo, después de una recesión en la industria de la música.
El mismo David Bowie había anticipado este declive en las ventas del mercado de música tradicional, cuando en 2002 le había dicho al periódico estadounidense The New York Times que la música se convertiría en algo así como "el agua corriente o la electricidad".
De todos modos, los bonos Bowie "funcionaron bien para todos", según el experto en finanzas de la industria musical, Cliff Dane.
"Por la naturaleza particular de los títulos -la calidad de los temas musicales de Bowie y las grabaciones- y el tiempo y el lugar, hicieron de esta una muy buena decisión económica de los inversores y de la compañía que lo organizó", dijo Dane.
El modelo no necesariamente fue bueno para el financiamiento de los bonos respaldado por activos. "Piensa en el posterior desorden de las hipotecas de alto riesgo", analizó Dane.
Esta innovación de Bowie consistía en utilizar la propiedad intelectual para respaldar los valores, aseguró el escritor financiero Chris O’Leary.
También dijo que los bancos comenzaban a agrupar activos como las hipotecas en un nuevo tipo de valor, en la década del ’70.
Pero, según, Neil Unmack, escritor de la agencia Reuters, la idea de usar bienes no tan ortodoxos para respaldar los activos aún se mantiene fuerte. Además, afirmó que el legado financiero de Bowie es "espectacular".
"El amplio campo de esotéricos valores respaldados por activos que inició 'El Duque Blanco tiene un futuro genuino", añadió Unmack.
También dijo que las ventas de títulos respaldados por activos no tradicionales crecieron un 11% en 2015.
"Los riesgos son altos: los activos con poca historia son difíciles de modelar y vulnerables a los cambios repentinos en una regulación o intervención gubernamental.
"Pero muchos de ellos tendrán éxito para que la rareza financiera de Bowie se mantenga de moda", finalizó Unmack.
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Sala de Inversión
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