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A TAJO ABIERTO
El objeto del Ministerio del Ambiente debería ser emitir las normas necesarias que impidan que se eleven los riesgos para la salud de la población a consecuencia de la contaminación del aire, los suelos, de los residuos urbanos e industriales, y del ruido. También debería contribuir al acceso al agua potable y alcantarillado, y la disponibilidad de áreas verdes para la población urbana. Asimismo, mantener el patrimonio ambiental, compuesto por la biodiversidad, los recursos hídricos, y los suelos agrícolas. Finalmente, representar al país en las iniciativas mundiales dirigidas a controlar el cambio climático y el agotamiento de la capa de ozono.
A TAJO ABIERTO
El objeto del Ministerio del Ambiente debería ser emitir las normas necesarias que impidan que se eleven los riesgos para la salud de la población a consecuencia de la contaminación del aire, los suelos, de los residuos urbanos e industriales, y del ruido. También debería contribuir al acceso al agua potable y alcantarillado, y la disponibilidad de áreas verdes para la población urbana. Asimismo, mantener el patrimonio ambiental, compuesto por la biodiversidad, los recursos hídricos, y los suelos agrícolas. Finalmente, representar al país en las iniciativas mundiales dirigidas a controlar el cambio climático y el agotamiento de la capa de ozono.
En esa línea, el Ministerio del Ambiente debería desarrollar un conjunto de indicadores para medir el desempeño ambiental con respecto a los objetivos nacionales y a compromisos internacionales
El Ministerio del Ambiente no publica indicadores ambientales
Según el Banco Mundial, los indicadores ambientales del Perú (que se publicaron en The Little Green Data Book 2015) están debajo del promedio latinoamericano. Su desempeño es aún peor si los comparamos con los de nuestro vecino Chile. En las siguientes tablas se muestran algunos de ellos.
El Banco Mundial alerta sobre nuestros deficientes niveles ambientales y los relaciona con la tasa de mortalidad infantil de niños menores de cinco años, que en nuestro país asciende a 17 por cada 1,000 nacimientos, mientras que en Chile es de sólo ocho.
Pero esto no preocupa al Ministerio del Ambiente, que no publica los indicadores ambientales que todas las naciones reportan para bosques, biodiversidad, oceános, emisiones, tratamiento de agua, de residuos, ambiente y salud.
El exministro Antonio Brack elaboró en el 2011 el Plan Nacional de Acción Ambiental 2011-2021 con objetivos bastante ambiciosos, como lograr que en el 2021 el 100% de las aguas residuales domésticas urbanas sean tratadas y el 50% sean reusadas; que el 100% de las ciudades priorizadas cumplan sus planes de acción para mejorar la calidad de aire, así como el 100% de residuos urbanos sean dispuestos adecuadamente y se reduzca a cero la tasa de deforestación.
En el SINIA (Sistema de Información Ambiental del Ministerio del Ambiente) no se encontró nunca un reporte sobre cómo se iba avanzando en lograr estos objetivos.
En el 2013, el ministro Manuel Pulgar-Vidal cambió los planes y publicó el Plan Estratégico Sectorial Multianual 2013-2016, donde se puede leer que en Lima mueren más de 6,000 personas por año a consecuencia del material particulado contenido en el aire (PM10 y PM2.15), que la contaminación urbana demanda mayores gastos de salud por US$300 millones y que la degradación ambiental significa un gasto público adicional de 0.8% del PBI.
En este plan se establecieron metas aún más audaces al 2016, cuando se espera que 25 de 31 ciudades priorizadas, donde viven 14.8 millones de personas, cumplirán con los estándares de calidad ambiental (ECA) PM10 y PM2.5; el 65% de los residuos municipales serán dispuestos adecuadamente; y se reducirá la deforestación en 30%. Actualmente la tasa anual de deforestación es de 150,000 hectáreas/año. No se estableció ninguna meta para tratamiento de aguas servidas o potabilización.
Al igual que con el anterior plan, el SINIA no ha emitido ningún reporte sobre el avance de estos objetivos y se desconoce si se cumplirán.
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