En un escenario electoral, las promesas de diversos candidatos para retornar a tasas de crecimiento anual del PBI de 6% o más no se hacen esperar. Sin embargo, las tasas de crecimiento de economía están más cercanas a 3% que a 6%, y gusten o no, han llegado para quedarse, al menos a mediano plazo.
Esperar para los próximos años tasas cercanas o mayores al 6% —como en la época del boom económico— está descartado. Diversos factores estructurales han ralentizado el crecimiento económico de mediano plazo: la desaceleración económica de China, los menores precios de los commodities, los mayores costos de financiamiento por la próxima alza de tasas de la Fed, y el freno en el avance de la productividad del país. En el corto plazo, factores coyunturales profundizan el ciclo económico: los efectos negativos sobre la actividad económica del Fenómeno El Niño y la lenta ejecución de la inversión pública a nivel subnacional.
AYER
En el período 2005-2012 la economía peruana se expandió a un ritmo promedio anual de 6.7%. La continuación de la estabilidad macroeconómica —a cargo del BCR y el MEF— y un escenario externo inmejorable para el Perú fueron las principales razones.
La economía china creció en ese período a un ritmo de 10.6% promedio anual, debido al shock de inversiones del gobierno y alboom de la construcción. China casi duplicó sus importaciones de cobre —principal producto de exportación del Perú— en ese periodo: de 4.1 millones de toneladas en el 2005 a 7.9 millones de toneladas en el 2012. En respuesta, el precio del cobre se disparó: subió 7.7% promedio anual durante ese período y alcanzó un pico histórico de US$10,075/tonelada en abril del 2011. El mayor precio incentivó el desarrollo de megaproyectos mineros como Las Bambas, Constancia, las ampliaciones de Cerro Verde y Antamina. El boom de los precios de los commodities además incrementó la cartera de inversiones: hizo factible proyectos greenfield de mayor capex a cargo de empresas más pequeñas o juniors.
Otro factor externo jugó significativamente a favor del Perú: la política expansiva de Estados Unidos. A partir del 2008, el mundo recibió una inyección de dólares y se inició la era del financiamiento barato para los países emergentes. Como consecuencia de la crisis financiera en Estados Unidos, en diciembre del 2008 la Fed redujo su tasa de interés federal a 0.25% . Esta ha sido la tasa más baja en la historia económica americana y por el tiempo más prolongado, y generó una fuerte entrada de capitales hacia países emergentes. Esto permitió a compañías de estos países financiarse en dólares a tasas muy baratas, lo cual alentó la inversión. Alicorp, la principal compañía de alimentos del país, logró en el 2013 la emisión corporativa más barata de la historia peruana en su momento: US$450 millones a una tasa de 3.88%. Las bajas tasas también impulsaron el precio del oro –el segundo metal más importante dentro de las exportaciones peruanas–, considerado un activo de refugio ante la posibilidad de inflación.
La estabilidad macroeconómica, el incremento de la inversión y los vientos a favor para la economía peruana incrementaron la productividad. Entre el 2005 y el 2012, la productividad creció a una tasa anual promedio de 1.3%. Más de 40% del crecimiento económico entre el 2002 y el 2012 se explica por mejoras en la productividad, estima el BBVA.
HOY
Ese escenario empezó a cambiar en los últimos tres años. En el período 2012 – 2014 el crecimiento económico del Perú se desaceleró y avanzó a una tasa de crecimiento promedio anual de 4.1%. Los impulsos externos se redujeron. El ritmo de expansión de China disminuyó a 7.5%. Mantener el crecimiento por encima del 10% ya no era sostenible. El endeudamiento del país –que se cuadruplicó entre el 2007 y 2012– se volvía un riesgo cada vez más alto y la productividad continuaba relativamente baja pese al boomeconómico de la década pasada. El gobierno chino empezó cambiar los motores del crecimiento económico del país: del gasto público y las exportaciones, hacia el consumo interno.
El menor crecimiento de China impactó en el precio del cobre, el cual retrocedió 7.8% promedio anual. En consecuencia, el Perú registró menores entradas de divisas por la caída en el valor de las exportaciones cupríferas.
El segundo impulso, la política expansiva de la Fed, también se acabó. En el 2013 la Fed inició el tapering –moderación de su política expansiva–, lo que significó un golpe a países emergentes como el Perú. Hubo un éxodo de los capitales extranjeros, menores entradas de divisas por la caída de los precios de los commodities, y las monedas locales se depreciaron, lo que originó fuertes pérdidas cambiarias en las empresas peruanas, particularmente en aquellas que tomaron deuda en dólares pese a generar ingresos en soles. Las pérdidas cambiarias continuaron durante este año, a medida que se acerca el alza de la tasa de interés de la Fed, esperada para diciembre. Por otro lado, las perspectivas de un alza de tasas llevaron a caídas significativas en los precios del oro y la plata, y a su vez a menores divisas por exportaciones.
Aunado a ello, los conflictos sociales paralizaron proyectos mineros importantes como Conga y Tía María. Estas suspensiones no sólo recortaron la inversión minera; también han golpeado a la confianza empresarial y consecuentemente en la inversión privada en general. La productividad cayó en promedio 3.2% por la caída de los precios de los commodities, el retroceso de la inversión y el incremento de los costos laborales.
¿QUÉ SE VIENE?
La economía peruana, al igual que la mayoría de economías emergentes, enfrenta un escenario complicado hacia adelante. China crecerá 6.4% anual en los próximos cinco años, lejos del 10% de los últimos años, según los analistas consultados por FocusEconomics. El impacto en el Perú es contundente. Una reducción de un punto porcentual en el crecimiento del PBI de China puede causar una reducción acumulada de la misma magnitud en el crecimiento del PBI peruano en el lapso de dos años, según una estimación del Banco Mundial realizada en enero.
A mediano plazo, el precio del cobre oscilará los US$5,100/tonelada, según las proyecciones de los analistas consultados por Reuters y Bloomberg. Este nivel está por debajo de los precios de los últimos 10 años y sólo es comparable al del 2009 —en plena crisis financiera internacional—. La razón del menor precio proyectado es que no se espera que China retome el crecimiento de la década pasada. Además, se espera que desde el 2016 la Fed realice varios incrementos a su tasa de interés, hasta llegar a 3.25% en el 2017 ó 2018. La mayor tasa implicará mayores costos de financiamiento externo, tanto para el gobierno como para las empresas.
En este contexto, los principales bancos e instituciones nacionales y extranjeras esperan que el crecimiento promedio de la economía peruana esté más cercano al 3% que al 6% que prometió Alan García en la presentación de su candidatura o el 5% que promete PPK. El consenso de analistas consultados por FocusEconomics proyecta que el Perú crecerá 2.8% y 3.6% en el 2015 y 2016.
¿CUÁL ES POTENCIAL DE CRECIMIENTO?
Según César Peñaranda, director de estudios económicos de la Cámara de Comercio de Lima, si hace diez años se hubieran reducido trabas a la inversión e impulsado el incremento de la productividad, el Perú crecería hoy entre 4% y 4.5%, aún con la caída actual de los precios de los commodities y la desaleración económica.
Lo anterior tiene implicancias directas sobre el crecimiento de largo plazo o el PBI potencial —nivel máximo al que puede alcanzar un país en plena utilización de sus factores de producción—. Los factores estructurales no sólo reducen el crecimiento de la producción anual de la economía, sino también de las capacidades absolutas de la economía. La tendencia del PBI potencial muestra la senda de crecimiento sostenible de la economía en el mediano plazo, según el BCR.
Diversos economistas —locales e internacionales— han calculado que el crecimiento del PBI potencial estará en los próximos años por debajo del 6%. En setiembre, el BCR redujo su estimado de crecimiento del PBI potencial a entre 4% y 4.5%. En agosto, el MEF revisó su estimación del crecimiento potencial de 5% a 4.5%.
Los bancos de inversión son más pesimistas que el MEF y el BCR. Goldman Sachs señala que el crecimiento del PBI potencial sería de 4% en los próximos años, mientras que un reciente estudio coescrito por Alex Muller, economista de BTG Pactual y blogger de SEMANAeconómica, sostiene que el PBI potencial crecerá, en los próximos 15 años, 4.2%.
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