El cambio climático también afecta a los mares y océanos. La evidencia científica da cuenta de una serie de importantes modificaciones del medio marino a lo largo de los últimos años. Estos cambios pueden agruparse en cuatro fenómenos: calentamiento, acidificación, desoxigenación y desertificación.
En la siguiente imagen interactiva, se reseñan estos procesos (pasar el mouse por la foto para activar):
El Quinto Informe del Panel Internacional de Expertos en Cambio Climático de la ONU (IPCC) señala: “La acidificación de los océanos plantea riesgos sustanciales para los ecosistemas marinos, especialmente los ecosistemas polares y los arrecifes de coral, asociados con impactos en la fisiología, el comportamiento y la dinámica de las poblaciones de las distintas especies, desde el fitoplancton a los animales superiores” Y agrega: “Hay motores que actúan simultáneamente, como el calentamiento y la acidificación de los océanos, que pueden dar lugar a impactos interactivos, complejos y amplificados para las especies y los ecosistemas”.
El IPCC también menciona los “niveles decrecientes de oxígeno” y alerta que estos cambios en los océanos pueden tener “consecuencias perjudiciales para la pesca y los medios de subsistencia”.
“Las aguas hoy son un 30 por ciento más ácidas que antes de la revolución industrial y ese valor se duplicará al año 2100″.
La doctora en Ciencias de la Atmósfera Matilde Rusticucci, una de las autoras del Quinto Informe del IPCC, le explicó a Claves21 que a consecuencia del aumento de la temperatura, “el nivel medio del mar ha aumentado sistemáticamente desde mediados del siglo XIX hasta el presente”.
Por su parte, el doctor en Oceanografía Osvaldo Ulloa, investigador y docente chileno de la Universidad de Concepción (Chile) dialogó con Claves21 durante un taller para periodistas ambientales sobre conservación marina organizado por Earth Journalism Network y laFundación Bertarelli en Viña del Mar. Ulloa fue terminante: “Estamos cambiando a los océanos“.
Consultado por esos cambios, el Dr. Ulloa enumeró: “Los cambios observados son el calentamiento, la desertificación en los giros centrales, la desoxigenación y la acidificación”. También destacó la sobrepesca, como una amenaza para los ecosistemas marinos.
“Los océanos absorben parte del dióxido de carbono (CO2) liberado a la atmósfera. A mayor CO2 absorbido, los océanos se vuelven más ácidos. Bajó el pH de las aguas y hoy son un 30 por ciento más ácidas que antes de la revolución industrial y ese valor se duplicará al año 2100”, pronosticó.
Claves21: – ¿Qué impactos concretos está teniendo la acidificación de los océanos?
Ulloa: – Tiene efectos directos sobre aquellos organismos que construyen sus caparazones con carbonato de calcio. Por lo tanto, las comunidades que están más preocupadas con el problema de la acidificación son aquellas que cultivan organismos que tienen carbonato de calcio. Y otro impacto es en los corales, que en un ambiente con mayor acidez van a tender a disolverse. Y también afecta a cuestiones fisiológicas, con organismos que no necesariamente están formados por carbonato de calcio, ya que son numerosos los procesos fisiológicos dependen del pH”.
Los otros dos grandes problemas que están generándose en los mares y océanos como consecuencias del cambio climático son la desertificación y la desoxigenación.
La desertificación está generando “zonas muertas” en el ambiente acuático. Se trata de grandes extensiones marinas con muy poco fitoplancton, una situación que debe alarmar porque se trata del primer nivel de la cadena alimentaria. El avance de la desertificación oceánica amenaza directamente a todos los recursos marinos.
Asimismo, la desoxigenación sucede porque al aumentar la temperatura del mar, el agua incorpora menos oxígeno del aire. Como consecuencia de aguas poco oxigenadas, los peces grandes como el atún se ven obligados a desplazarse a otras zonas, afectando los ecosistemas marinos y,por lo tanto, también a los recursos pesqueros.
Un movimiento para la conservación marina
Actualmente, menos del 2 por ciento de los mares del mundo están protegidos, explicó la profesora Miriam Fernández, directora del Núcleo Milenio Centro de Conservación Marina de la Universidad Católica de Chile. Sin embargo, el Convenio sobre la Diversidad Biológica establece una meta del 10 por ciento al año 2020.
Fernández subrayó la necesidad de “un movimiento internacional para proteger el 10 por ciento de los océanos” y consideró que para lograr ese objetivo “es fundamental el involucramiento de la comunidad”. En ese sentido, llamó a “promover el valor de los ecosistemas marinos y su conservación desde la educación y la participación ciudadana”.
Nota: la foto original del mar que integra esta nota es de Erik Veland y se utiliza respetando su licencia Creative Commons BY-NC 2.0.
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