“Es un triunfo monumental para la gente y el planeta”, declaró Ban, con respecto al acuerdo firmado el sábado 12 que pretende mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los efectos negativos del cambio climático en el mundo.
Pero organizaciones no gubernamentales (ONG) de países en desarrollo expresaron fuertes reservas sobre el acuerdo de París, que dejó en el limbo político al asunto clave de la financiación climática.
“Es una póliza de seguro de salud para el planeta”, añadió Ban, en una conferencia de prensa el lunes 14, con respecto al acuerdo negociado en la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de laConvención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Como primer paso en la aplicación del acuerdo, la ONU(Organización de las Naciones Unidas) será la sede de una ceremonia de firma del pacto por jefes de gobierno y de Estado el 22 de abril de 2016, seguida de una reunión cumbre de gobiernos, empresas y representantes de la sociedad civil, del 5 al 6 de mayo.
Para Ban, el acuerdo tiene “sólidos resultados en todos los puntos clave”, demuestra solidaridad y “es ambicioso, flexible, fiable y duradero”.
“Todos los países aceptaron mantener el aumento de la temperatura en el mundo por debajo de los dos grados Celsius. Y al reconocer el riesgo de consecuencias graves, ustedes han acordado además continuar con los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados”, declaró.
Pero el líder de la ONU no se refirió a uno de los principales desafíos en el combate contra el cambio climático. ¿Cuándo logrará la comunidad internacional, y en concreto los países ricos y el sector privado, recaudar los 100.000 millones de dólares anuales necesarios para el 2020?
Prerna Bomzan, de LDC Watch, una plataforma de ONG del Sur en desarrollo que velan por los intereses de los 48 países menos adelantados (PMA), dijo a IPS que la convención sobre el clima de 1992 incluía la obligación de proporcionar fondos “nuevos y adicionales” para combatir el cambio climático, algo que ya no existe en el acuerdo de París.
“Esta es una gran pérdida para los países en desarrollo, teniendo en cuenta que la financiación climática no debe ser puesta en la misma bolsa que la asistencia oficial para el desarrollo”, añadió.
El párrafo 54 del acuerdo establece que “los países industrializados tienen la intención de continuar con su objetivo de movilización colectiva vigente hasta 2025″, y antes de 2025, fijarán un nuevo objetivo colectivo cuantificado de un piso de 100.000 millones de dólares por año, señaló.
“Esto significa que no habrá dinero en la mesa antes de 2020, apenas la intención de movilización. El acuerdo ni siquiera menciona los 100.000 millones de dólares”, explicó Bomzan.
La única mención de los 100.000 millones de dólares está en el preámbulo del acuerdo negociado en la COP21, limitando la iniciativa a una nota al pie de índole política, afirmó.
“El acuerdo de París es un clavo en el ataúd de la justicia para los PMA”, recalcó Azeb Girmai, de LDC Watch.
El texto cambió “gradualmente del principio ‘quien contamina paga’, por el cual los países desarrollados tienen la obligación de financiar la adaptación y mitigación para ayudar a los países en desarrollo a lidiar con el caos climático, a uno por el cual los países más ricos simplemente se negaron a comprometerse con la financiación climática”, aseguró.
“Vemos un futuro en el que, si no hay un cambio significativo de parte de los países desarrollados, los PMA quedarán sumergidos, inundados, convertidos en desiertos áridos, sin dinero para evitar o compensar esto”, vaticinó LDC Watch, en una declaración publicada el lunes 14.
“Sin embargo, aunque este es un día muy triste para los PMA, estamos decididos a seguir trabajando por la justicia climática. Aunque es posible que hayamos perdido esta batalla, no hemos perdido la guerra”, concluyó el comunicado.
Un elemento fundamental que se esperaba del acuerdo de París era que los fondos para los países en desarrollo se incrementaran, según las organizaciones de la sociedad civil.
Al concluir las negociaciones, que se realizaron entre el 30 de noviembre y el viernes 11, el presidente francés Francois Hollande se refirió con orgullo al “piso” de 100.000 millones de dólares en financiación, pero los observadores aseguran que la realidad no coincide con el discurso.
Meena Raman, abogada de la Red del Tercer Mundo, con sede en Malasia, dijo que la meta de los 100.000 millones de dólares al año para 2020 ahora se ha extendido hasta 2025, y que después de esa fecha se fijará otro objetivo.
“De esta manera los países industrializados consiguieron cinco años más para cumplir lo que acordaron hacer. Es lamentable que esto haya sucedido, ya que retrasa la acción en los países en desarrollo que lo necesitan”, subrayó.
Pero Ban sostiene que el pacto de París asegura un respaldo suficiente en materia de adaptación y mitigación para los países en desarrollo, especialmente para los más pobres y vulnerables.
Los países del Norte industrializado “acordaron dirigir la movilización de los fondos y ampliar el apoyo tecnológico y la creación de capacidades”, aseguró.
Y los países en desarrollo asumieron una mayor responsabilidad para enfrenta el cambio climático según sus capacidades, añadió el secretario general.
Doreen Stabinsky, profesora de Política Ambiental en la universidad estadounidense College of the Atlantic, advirtió que el cambio climático provocará daños por billones de dólares este siglo, y gran parte de ese daño tendrá lugar en los países pobres y vulnerables.
“Estados Unidos es responsable de gran parte de esa cifra, pero no le importa y no lo pagará. Torciéndole el brazo a los países en desarrollo, ahora tienen un texto que protege a los más ricos y acumula costos devastadores para los más pobres”, observó.
En un comunicado difundido el lunes 14, Oxfam Internacional denunció que el acuerdo de París unió a las potencias del mundo pero estafó a la población más pobre y vulnerable, que padece el aumento del nivel del mar, las inundaciones y la sequía.
“El acuerdo es un hito, pero no alcanza para evitar que la temperatura del planeta suba tres grados Celsius o para asegurar suficientes fondos climáticos para que las comunidades vulnerables se adapten a un clima cada vez más imprevisible y extremo”, destacó Oxfam.
Más de 190 países se comprometieron por primera vez a tomar medidas climáticas, pero los ambiciosos discursos de los gobernantes en la inauguración de la cumbre no se sostuvieron hasta el final, añadió.
“Este acuerdo ofrece un raído salvavidas a las personas más pobres y vulnerables del mundo”, afirmó Helen Szoke, la directora de Oxfam.
“Solo se hizo una vaga promesa de una meta futura de financiación climática, mientras que el acuerdo no obliga a los países a reducir las emisiones (de gases de efecto invernadero) con la suficiente rapidez como para evitar una catástrofe del cambio climático”, agregó.
Traducido por Álvaro Queiruga
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