Mostrando entradas con la etiqueta industrias extractivas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta industrias extractivas. Mostrar todas las entradas

miércoles, 4 de junio de 2014

La minería como factor de inclusión social en el Perú

Autor: Iván Budinich Castro* 

El Perú es depositario de una extensa riqueza mineral al punto que nos ocupamos entre los primeros productores mundiales de plata, zinc, cobre, plomo y oro. 

El aprovechamiento de los minerales fue un arte extensamente desarrollado por nuestros antepasados prehispánicos cuyos trabajos en metalurgia  asombran por lo refinado de su arte. En general el mundo precolombino no le dio mayor valor a los minerales que el artístico y funcional. La obra de los antiguos artesanos se puede apreciar por igual en la joyería ornamental que en instrumentos para las labores cotidianas, la medicina o la guerra.

En la colonia, la extracción de los minerales motivada el  lucro convirtió  a nuestro país en una tierra legendaria por la inmensidad de sus riquezas. Lamentablemente las condiciones de explotación a la que eran sometidos los indios que trabajaban en las minas solo contribuyeron a que las riquezas fueran para beneficio de unos pocos y las arcas del tesoro español sin un impacto positivo en las poblaciones directamente involucrados ni en el desarrollo de la sociedad convirtiendo la minería la más de las veces en sinónimo de dolor y muerte. 

Fue en el distrito de Cerro de Pasco ciudad del departamento de Pasco donde a inicios del siglo XX cuando podemos apreciar los primeros indicios de lo que sería la minería moderna y una propuesta pionera en responsabilidad social empresarial e inclusión a través de esta actividad. La Cerro de Pasco Minning Company introdujo una práctica revolucionaria en la minería peruana,  creando todo un conglomerado industrial que cubría todos los diversos aspectos necesarios para la extracción y puesta en valor de los recursos minerales que explotaba. 

La propuesta de la Cerro de Pasco Minning Company implico el desarrollo del capital humano de sus trabajadores y el aporte a la comunidad incluyendo el impulso de hospitales, una escuela, centros recreativos, vías de comunicación. Todo aquello que podía tener un impacto positivo en la calidad de vida de la mano de obra del proyecto y la comunidad. 

Desde aquellos años hasta la década de los 90´s del siglo XX la minería en nuestro país avanzo muy poco o casi nada  y tampoco logro incorporar mucho de aquella experiencia. Es recién a partir de 2001 en adelante que vemos un despertar de la minería en nuestro país y que su proclamada vocación de país minero deja de ser un mero anhelo para tomar forma como una realidad concreta. 

Las siguientes gráficas nos muestran el grado de avance de la minería en el Perú desde los 50´s hasta hoy (1): 


Mapa de unidades mineras en 1950


Mapa de unidades mineras 1950-1970
En el periodo 1970-1990 notamos un retroceso considerable de la actividad minera como producto del convulso panorama político de aquellos años.

Mapa de unidades mineras 1970-1990


En 2001 la situación muestra los resultados de la apertura económica de la década anterior y vemos que la actividad minera adquiere un nuevo vigor.


Mapa de unidades mineras 2001

En 2013 ya podemos ver como la actividad minera en el Perú toma las proporciones de un boom.


Hoy en día lideramos la producción de numerosos minerales en América latina y el mundo

Hoy por hoy la minería representa para el Perú ingresos por exportaciones de 25,000 millones de dólares y da trabajo de manera directa o indirecta a 2,000´000 millones de personas casi un tercio de la PEA previéndose que se pueda incorporar otro millón más en los próximos años con lo cual la incidencia de la minería se extendería a la calidad de vida de cuatro millones de nuestros compatriotas. 

Manteniéndose las expectativas actuales, nuestros ingresos por exportaciones en razón del rubro minería podrían superar los 30,000 millones de dólares por año en 2016  mientras que la cartera de proyectos alcanzaría la nada despreciable suma de 60,000 millones, un enorme salto cuantitativo y cuantitativo que por desidia política y prejuicios contra la inversión privada tomo décadas en alcanzar. 

Por supuesto que no todo lo que brilla es oro. La corrupción en las autoridades, la minería informal y la ambigüedad en torno a los derechos de propiedad de gran parte de la ciudadanía nos llevan a situaciones como las vistas en Tambogrande y Conga.  El reto para la minería y también para el Estado es demostrar que esta actividad puede y debe realizarse con mínimo impacto en el ecosistema y máximo beneficio en el aspecto humano y social. 

La minería puede ser en un país como el nuestro el gran motor de una política de inclusión social, pero solo si se hace con una visión de futuro entre otras cosas reformando la forma en que actualmente se distribuyen los recursos del canon minero para seguir la tendencia internacional de utilizar estos recursos para la inversión en el capital humano del país como recientemente lo ha propuesto el economista Humberto Campodonico (“La República”, 26-05-14) destinando recursos a educación y salud a la vez que se establece un fondo destinado a asegurar el futuro de las próximas generaciones de peruanas y peruanas a la manera de Noruega con sus rentas petroleras. 

Pedro Pablo Kuczynski en su columna en el diario Correo (18-05-2014), ha mencionado lo que debe ser el próximo paso de  la minería peruana, su industrialización en razón de las condiciones favorables que se pueden presentar en el mercado externo y las ventajas comparativas propias frente a nuestros competidores. 

Por el lado del Estado hay que eliminar trabas burocráticas a la vez que se establecen reglas claras para que la actividad minera reduzca al mínimo su impacto en el medio ambiente, algo que esta completamente al alcance de la minería moderna y el esquema de sanciones que se deben aplicar para los casos de incumplimiento. El Estado que necesitamos es un facilitador vigilante y no obstructor ni corrupto. Conciliar minería y desarrollo sostenible es a luz de la experiencia un horizonte posible. 
________________________________________________________________________
(1) Discurso del presidente de la república, Ollanta Humala Tasso,  en la Ceremonia de Cierre de PERUMIN - 31° Convención Minera. 

* Director de proyectos del Observatorio del Medio Ambiente, especialista en temas sociales, blogguer, analista político.

Este post se publico originalmente en "El Observador Ambiental", boletín electrónico del Observatorio del Medio Ambiente Peruano

jueves, 16 de enero de 2014

El súper ciclo de los commodities: ¿ha tocado su fin?

Autor: Manuel Agosin

Desde fines de 2010, los precios de los commodities que exportan los países de América Latina han estado cayendo, no de manera estrepitosa pero sí revirtiendo parcialmente el boom que se instaló hacia el comienzo de la década de los 2000. 
¿Se agota el ciclo de los commodities?

¿A qué se debe esta interrupción de la gran alza que acusaron un número importante de precios de las materias primas, tales como el cobre, el petróleo, la soja, el hierro, y otras más? Quizás la causa más importante es que el crecimiento de China ha venido acusando una importante desaceleración. China ya no podrá contar con que el aumento de sus exportaciones a los países desarrollados y la fortaleza de la inversión continuarán siendo los grandes motores de su crecimiento. Y es bueno que así sea. Incluso sus autoridades se han propuesto un modelo de crecimiento más dependiente de la satisfacción de las necesidades de su población.

ara que el consumo de los hogares pase a ser el motor de una nueva etapa de crecimiento, se hacen necesarias una serie de reformas, tales como el mejoramiento de la salud, la educación y las pensiones. Asimismo, algo que las autoridades ya se han propuesto, será necesaria la liberalización los mercados financieros, en particular los topes a las tasas de interés pasivas, que hacen a los hogares renuentes a colocar sus fondos en el sistema financiero. Si bien estas reformas están en curso, tomarán tiempo para que la población vea sus frutos.

La desaceleración de otros países emergentes (India, Brasil, Sudáfrica, Rusia, Corea, México) también ha contribuido a la caída moderada de precios de los commodities.

Claramente, estos países tienen un amplio espacio para continuar creciendo: sus mercados internos son grandes y están muy lejos de la frontera productiva o de los niveles de consumo de los hogares en los países desarrollados. Por lo tanto, la demanda por materias primas probablemente se está tomando un descanso en lugar de haber revertido su tendencia. En el mediano y largo plazo, veremos precios más elevados para las materias primas.

Sin embargo, no es conveniente que América Latina se confíe con que la situación actual de precios y demanda se vaya a revertir. Esto por varias razones. En primer lugar, el crecimiento de la región es muy volátil: es tremendamente difícil contrarrestar los impactos de una caída en el precio de un commodity que representa un elevado porcentaje de las exportaciones y del producto bruto. Esa enorme concentración exportadora y productiva no es conducente a niveles estables y elevados de ingresos y salarios. Segundo, la mayoría de los países de la región tiene una economía estructuralmente muy heterogénea, con muchos sectores muy alejados de la frontera productiva mundial y con trabajadores en empleos precarios con bajos niveles de productividad y salarios. Tercero, aún con una recuperación en los precios, nada garantiza que la demanda por nuestros productos se mantenga a los niveles recientes. Las propias alzas de precios y su volatilidad están llevando a una búsqueda intensa de sustitutos que, de dar frutos, harían sumirse a nuestras economías en una intensa crisis. Por solo dar un ejemplo: el gas y petróleo de esquisto (shaleoil y gas) ya está produciendo una revolución en la industria mundial de la energía, con Estados Unidos preparado para convertirse en un gran exportador en lugar de un importador neto de energéticos. 

Todo esto nos indica que América Latina debe enfrentar con la máxima seriedad los desafíos de diseñar e implementar políticas modernas de desarrollo productivo donde la consigna sea la diversificación productiva y exportadora. No se trata de volver al pasado de la sustitución de importaciones. Se trata de apostar por el futuro con políticas que convoquen al sector privado y al público en pos de ingresar a la sociedad y economía del siglo XXI. 

Existen pocas tareas más difíciles que promover el surgimiento de nuevos sectores productivos. Por una parte, los pioneros potenciales son reacios a incursionar en industrias que son nuevas para un país (aunque existan en otras latitudes) porque ellos corren con los costos de descubrir su rentabilidad mientras otros pueden llevarse los frutos de dichas innovaciones (que no pueden patentarse) sin incurrir en los costos iniciales. 

Por otra, toda nueva industria requiere de los esfuerzos simultáneos de muchos actores, tanto públicos como privados. Este es el problema de coordinación, que puede ser resuelto por asociaciones público-privadas, en las que el dinamismo de la inversión privada (nacional y extranjera) es estimulado por un sector público dispuesto a suministrar insumos públicos indispensables (tales como normas legales o infraestructura especializada) o a promover el surgimiento de mercados para servicios o capital humano sin los cuales las nuevas actividades no pueden desarrollarse.