LIC. JORGE LUIS
DONAYRE HOEFKEN
Especialista en Gestión
y Manejo Residuos Sólidos y Conservación del Medioambiente
La conservación del
medioambiente, conservación ambiental o protección
ambiental,
se refiere a las distintas maneras que existen para regular, minimizar o
impedir el daño que las actividades de índole industrial, agrícola, urbana,
comercial o de otro tipo ocasionan a los ecosistemas naturales, y principalmente a la flora y la fauna.
Es el objetivo primordial del
conservacionismo,
un movimiento social en defensa de políticas y leyes ecológicas, y tiene como
valores la biodiversidad, el equilibrio biótico, la armonía paisajística, entre otros. Esta postura, no obstante, no es
idéntica a la de los ecologistas, ni debe confundirse con ella. Estos últimos
abogan por la no explotación de los recursos de la naturaleza, mientras que los
conservacionistas demandan una explotación responsable y sustentable en
términos ambientales.
La conservación del medioambiente es
producto de razones de diversa índole, como son:
- Razones
científicas. La
preservación de la biodiversidad genética es clave para sostener la vida en la tierra, además de que
el daño ecológico irreparable suele tener repercusiones químicas y
biológicas imprevisibles, que bien pueden atentar contra la salud humana.
- Razones
económicas. La
explotación sustentable, que permite la reposición de los recursos
naturales y no destruye el hábitat en
que se encuentran se hace más rentable a largo plazo, ya que estos duran
mucho más que si simplemente se saquean y se agotan en poco tiempo.
- Razones
culturales.
Muchos territorios explotables entrañan un valor cultural importante para
diversas poblaciones,
que las consideran lugares de peregrinación o de contacto místico, cuando
no simplemente parte del atractivo turístico y tradicional de sus países.
- Razones éticas. Dadas las razones previas,
el Estado tiene la
obligación ética de salvaguardar el bien común de sus habitantes y, en
conjunto con los demás Estados, de la especie. Para ello debe preservar
el medioambiente.
- Razones
sociales. La
explotación indiscriminada y a menudo ilegal de los recursos suele
repercutir negativamente en las sociedades más débiles, ocasionando
trabajo mal remunerado, pobreza, miseria, enfermedades, etc.
- Razones
legales.
Existe una legislación internacional que defiende el medioambiente y cuya
obediencia se considera un mandato de las naciones.
La defensa medioambiental es clave en el mundo industrial que inauguró el siglo XX, ya que constituye
uno de los pocos frenos a la ambición económica del ser humano y a su deseo de
transformación y comercialización de las materias primas, lo cual suele
conllevar consecuencias nefastas para las otras formas de vida, cuando no para el
ser humano mismo.
Epidemias, catástrofes climáticas,
extinciones, agotamiento de recursos y un largo etcétera son las consecuencias
de una política industrial irresponsable, que eventualmente se le devuelve al
ser humano como un búmeran.
La conservación medioambiental se da en
base a tres ejes fundamentales de acción:
- Organización
del espacio.
Para que la explotación se
dé en términos controlables y contemple diversas opciones de acceso a los
recursos, para elegir la más adecuada.
- Protección
del patrimonio.
Cada país posee un legado histórico, natural y cultural que forma parte de
su identidad y de su propia existencia, el cual debe ser protegido de las
manos rapaces.
- Garantizar
la base de producción. Impedir el agotamiento o la malversación de recursos naturales no
renovables, como el petróleo,
de altísimo valor industrial pero enormes riesgos medioambientales durante
su extracción y su transporte, para que la actividad económica pueda
sostenerse.
Algunas medidas importantes para la preservación medioambiental son:
- Fomentar
la educación ambiental. Educar a la población para que consuma y trabaje de manera
eco-responsable, eligiendo bien qué productos emplear, cómo disponer de
sus desechos y de qué manera minimizar el daño que su modo de vida hace
al ambiente.
- Fomentar
el ahorro.
Los recursos naturales como el agua,
la electricidad (cuya
generación consume materias primas) o los alimentos deben manejarse
responsablemente, tanto por la población como por el mundo empresarial,
recordando que los recursos son limitados y las necesidades infinitas.
- Leyes
ambientales. El
castigo a quienes deterioren el medio ambiente debe ser ejemplar, ya se
trate de una empresa que vierte desechos tóxicos en un lago, un hogar que
genere exceso de basura no reciclable o del dueño de un automóvil que no
cumpla con una mínima regulación ambiental.
- Tecnologías alternativas. La sustitución de los
combustibles fósiles y de otros métodos tradicionales de actividad
industrial por otros más amigables con el ambiente será siempre una buena
idea a futuro.
Si solo aplicáramos una pequeña parte
de todo este concepto, tendríamos un planeta mejor conservado, ya que estamos
pagando el precio hace bastantes años.
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