miércoles, 9 de abril de 2014

Siderurgia en Chimbote: una privatización fallida

Autor: Jorge MAnco Zaconetti*
Fuente: boletin del Observatorio del Medio Ambiente Peruano

Es objetivo del gobierno apostar por las políticas de valor agregado de los recursos naturales en especial de los productos mineros, en especial del cobre, oro, plata, zinc, plomo, hierro que tienen la mayor participación en las exportaciones de nuestro país. Es decir, se debe transformar, añadir valor agregado al recurso natural; pero en el caso de la industria del acero se puede verificar un proceso de desindustrialización, un grave retroceso gracias a la privatización y a las políticas de libre mercado que solamente se verifican en los libros de texto de economía, y que favorecen en primer a las grandes transnacionales, las empresas de importación de los productos de acero, descapitalizando al país.

El hierro es el principal insumo para la obtención del acero es sus diversas modalidades. Por ello, la industria siderúrgica transforma mediante un proceso técnico el hierro en acero, sea por la fundición en altos hornos y/o hornos eléctricos la materia prima. Este resultado final se clasifica en productos largos (alambrón, barras de construcción, barras de molino etc.) y en productos planos (calaminas, planchas estriadas etc.), que son utilizados por la construcción, la industria metal mecánica, la minería especialmente, en general en las obras de infraestructura.

Es más, el consumo percápita de los productos de acero constituye un indicador del desarrollo económico, pues está comprobado que mientras más acero se consuma por persona existe una relación más cercana con la modernización y civilización. De allí que las empresas de la China Popular, de la India, Brasil, Corea del Sur hayan desplazado a los tradicionales productores como USA, Inglaterra, Alemania, Francia sea por razones ambientales y economía de escala.

En el caso peruano existe un único productor de hierro que explota desde 1993 el yacimiento de Marcona, ésta es la empresa estatal china Shougang Hierro Perú S.A.A. y cuya producción cercana a los 7 millones de toneladas se exporta en casi un 95 por ciento a su matriz en la China Popular. Ello significa que apenas el 5 por ciento en promedio, un poco más de 350 mil toneladas de hierro se procesen internamente para convertirse en acero, de allí las crecientes importaciones de los productos de acero necesarios para cubrir el mercado interno.

Por ello constituye una cruel paradoja para nuestro país que con reservas probadas de hierro de más de 650 millones de toneladas de hierro, con una producción de hierro en promedio anual de 7 millones de toneladas, y un consumo aparente de los productos de acero de 3 millones de toneladas (2013), la producción anual interna de acero crudo supere apenas el millón de toneladas (1.1 MM). Ello significa que la demanda interna de los productos de acero tenga que satisfacerse con crecientes importaciones provenientes del Brasil, USA, Turquía, Colombia, Chile.

Es decir, tenemos el insumo principal para obtener acero en sus diversas modalidades que requieren las crecientes inversiones mineras, la industria de la construcción, las obras de infraestructura, en general la economía del país, sin embargo el 95 por ciento de hierro se exporta a la China, y las acerías locales en especial SíderPerú S.A.A. (Gerdau) importan productos intermedios como palanquillas, bobinas, chatarra, y el corazón de la industria siderúrgica en Chimbote, el Alto Horno languidece, se oxida, pues está paralizado afectando el corazón de la industria que radica en Chimbote.

LA FALLIDA PRIVATIZACIÓN

Se debe recordar que en el marco de las políticas industrializadoras de fines de los años cincuenta del siglo pasado, se dio partida de nacimiento a la empresa SíderPerú, que en sus inicios hasta la fallida privatización de  la misma se abastecía del hierro extraído en Marcona, y contaba con la energía de la hidroeléctrica del Cañon del Pato, con la aspiración de convertir a Chimbote en un polo industrial siderúrgico y pesquero.

La privatización del hierro y de la energía fracturó esta integración afectando la viabilidad técnica y material de la industria siderúrgica, que fue agravada por las políticas populistas e irracionales del primer gobierno de García Pérez, que descapitalizaron la empresa estatal SíderPerú mediante subsidios indiscriminados que obligaban a la empresa a vender el acero por debajo de su costo de producción.

Con crecientes pérdidas provocadas por una política deliberada de intervención en los precios de los productos del acero provocadas por el gobierno en el período 1986/1990, el fujimorismo asumió la decisión de privatizar las industrias estratégicas como el acero a precios de ocasión, por tanto  se puso en venta a SíderPerú no sin antes el estado asumiera una serie de pasivos y compromisos para limpiar de deudas la empresa pública para el mejor postor.

Así, el 14 de febrero de 1996 se realizó la subasta de acciones del Estado en Siderperú. El ganador fue el consorcio Sider Corp., que se adjudicó el 96.46% de las acciones de la empresa, pagándose 20.2 millones de dólares en efectivo de un total de 140.9 millones de dólares.

Este consorcio estaba integrado por Acerco (40%) subsidiaria de GS Industries Inc. de los Estados Unidos, empresa que a la vez resultaba siendo representante de la transnacional Armco; también participaban Wiese Inversiones Financieras S.A. (40%) y Stanton Funding Co (20%) S.A. El pago fue de US$ 161.1 MM en efectivo (US$ 20.2 MM al contado y el saldo US$ 140.9 MM en cuotas escalonadas durante 8 años), más US$ 25.1 MM en títulos de la deuda externa y US$ 30 MM como compromiso de inversión. ¡Todo un remate!

Sin embargo la crisis del 2001 en USA provocó la bancarrota de algunas empresas que como GS Industries, que afectaron la capacidad de cumplimiento en el pago a crédito por la venta de la mayoría accionaria de SíderPerú. Por ello hacia el 2006 luego de un largo proceso concursal un gigante de la industria del acero asumió la responsabilidad de la industria siderúrgica en Chimbote.

Así, la Empresa Siderúrgica del Perú S.A.A. está ahora bajo responsabilidad de la transnacional brasileña Gerdau desde el 2006 después de un cuestionado proceso concursal a la cual fue sometida la empresa desde el 2001, ante la supuesta bancarrota de los primeros titulares de las acciones de la empresa que fue privatizada en 1996.

Estos datos históricos tienen sentido de ser mencionados, en razón que en manos privadas la privatización de la industria ha sido un proceso fallido, un fracaso tanto en la primera experiencia por la incapacidad de pago de los primeros accionistas que no pudieron cumplir con el abono al Estado de las cuotas, pues Siderperú se transfirió en cómodas cuotas anuales.

En la segunda experiencia, la gestión privada de la empresa SíderPerú bajo responsabilidad de la transnacional Gerdau tiene un marco de crecimiento en una estrategia de una gigante de la industria del acero que apuesta por la racionalidad en los costos, cerrando unidades de producción, en especial del Alto Horno de Chimbote que constituye el corazón de la industria.

¿QUIÉN ES GERDAU?

En primer lugar es un gigante brasileño de la industria del acero a nivel mundial, siendo líder en la producción de aceros largos en el continente americano y una de las principales proveedoras de aceros largos especiales del mundo.

Se ubicaba en el puesto 10 en el ranking de empresas productoras de aceros largos del 2011, con 18,7 millones de TM., según the World Steel Association. Así mismo, estaba entre las primeras 15 empresas siderúrgicas de mayor producción de acero al 2012, con 19.8 millones de TM., según la misma fuente.

Es la más grande recicladora de Latinoamérica, transformando anualmente millones de toneladas de chatarra en acero y reforzando su compromiso con el desarrollo sostenible de las regiones donde actúa, según la información de parte de Gerdau.

Cuenta con más de 45 mil colaboradores y operaciones industriales en 14 países (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, República Dominicana, Guatemala, India, México, Perú, España, Estados Unidos, Uruguay y Venezuela), las que suman una capacidad instalada superior a 25 millones de toneladas de acero.

Comparando el ranking de la revista Forbes, para el año 2012, ubicamos a Gerdau en el puesto 10 entre las principales empresas dedicadas a la industria del acero y hierro a nivel mundial, según ingresos totales con US$ 19,437 millones, y en cuanto a ganancias netas, se ubica en el puesto 11 con US$ 765.71 millones.

Un gigante de la industria como Gerdau cotiza en las bolsas de valores de Sao Paulo, Nueva York y Madrid, teniendo una participación accionaria de 90% en Empresa Siderúrgica del Perú al 30 de setiembre de 2013.

Sin embargo, a pesar de las promesas de sus altos ejecutivos el corazón de la industria siderúrgica en Chimbote, el Alto Horno se encuentra paralizado desde fines del 2008, y desde esa fecha a la actualidad una serie de operaciones se están cerrando como la planta de hierro esponja, la planta de gas de carbón, planta de sinterización, la planta de productos planos, la planta de galvanizado, como están paralizados los convertidores LD1 y LD2 de aceros líquidos, y las coladas continuas 1 y 2 de las palanquillas etc.

Con el Alto horno paralizado, ahora se importan los insumos producidos por las empresas vinculadas del grupo Gerdau en el mundo, como las palanquillas, el alambrón, la chatarra para procesar los productos largos y planos que requiere la economía local. Todo ello en el marco de una estrategia transnacional.

Ello ha significado un aumento acelerado de la producción de SíderPerú S.A.A. y de los ingresos como se puede analizar en los cuadros respectivos. Nada de ello hubiese sido posible sin el aporte de los trabajadores obreros, empleados, y funcionarios, que con su esfuerzo, productividad y riesgo han levantado significativamente la producción sobre todo los productos largos con insumos importados.

De allí la necesidad de una mayor fiscalización de parte del estado para fomentar una política que potencie las industrias de valor agregado, donde el hierro extraído en el país se procese internamente a precios competitivos, para obtener productos de calidad como los de SiderPerú. De otro lado, se debe reconocer la eficiencia y productividad de sus trabajadores con remuneraciones que estén de acorde a la riqueza creada y al riesgo que se asume en la industria siderúrgica.






* Investigador UNMSM

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